Por: Alfredo Zambrano E/ CS
Uno de los problemas más sensibles en nuestras comunidades a nivel mundial es el referido a las personas con discapacidad. En pleno siglo XXI, podemos observar como aún persiste en nuestra sociedad el rechazo o la apatía hacia las personas que poseen algún impedimento físico o mental. Las personas discapacitadas muchas veces se toman en cuenta es en el discurso político y no a través de políticas que atiendan sus intereses y necesidades.
En Venezuela la atención a los discapacitados por parte de los organismos del Estado, se ha visto relegada a la aprobación de instrumentos legales. Leyes que de ser aplicadas resolverían gran parte de los principales problemas de las personas con impedimentos físicos y mentales, pero lamentablemente se quedan en el papel.
Sin embargo, a pesar de este panorama, hay excepciones y una de ellas es el Centro de Atención Integral Bolivariano al Ciego y Deficiente Visual (CAIBCDV), institución abocada a la atención de ciegos y deficientes visuales, orientada a sobrellevar su discapacidad para que sean colaboradores activos dentro de la comunidad y de la sociedad en general, así como de ejecutar acciones orientadas a impulsar a las comunidades a promover y proteger los derechos de las personas ciegas y con deficiencia visual.
El Centro, dirigido por el profesor Elías Zambrano, atiende a personas desde la edad maternal hasta los 80 años. Actualmente cuenta, en su sede ubicada en la ciudad de Valera, estado Trujillo, con una matrícula de 105 personas distribuida en diferentes horarios de atención.
Su trabajo consiste en la enseñanza de las herramientas básicas necesarias para el desenvolvimiento de ciegos y deficientes visuales en las áreas de: orientación y movilidad (uso del bastón), lecto-escritura (Método Brayle), procesos matemáticos (Caja Aritmética), informática (Software auditivo), deportes (Gol-ball) y en el área musical con la Estudiantina, la cual es dirigida por el Lic. Jesús Araujo.
Esta labor tan loable, meritoria y digna de seguir se dio a conocer en la Universidad de Los Andes en Trujillo, a través del proyecto comunitario estudiantil “Una mirada desde el corazón” como trascender en medio de una discapacidad, que emprenden las estudiantes de educación Yuneyci Paredes, Rosalba Segovia y Evelyn Hidalgo, quienes afirmaron que el proyecto se realiza con el propósito de apoyar al Centro de Atención Integral Bolivariano al Ciego y Deficiente Visual con la incorporación de otras áreas de atención de las que ya realizan, la aplicación de talleres de orientación sicológica y emocional y la realización de un documental sobre la institución que sirva para difundir y tratar de concientizar a la comunidad en general para que apoyen este tipo de iniciativas.
Explicaron las estudiantes que el proyecto, que cuenta con la tutoría del profesor Alejandro Márquez, consta de cuatro etapas:
- Diagnóstico (Ejecutada)
- Semana de sensibilización en la Universidad de Los Andes en Trujillo (Ejecutada):
- Entrega de material alusivo al C.A.I.B.C.D.V
- Taller de movilidad y orientación a cargo del profesor Rubén Darío Quevedo del C.A.I.B.C.D.V,
- Proyección de la película “Ceguera”
- Concierto ofrecido por la estudiantina del C.A.I.B.C.D.V al NURR
- Taller de orientación sicológica y afectiva (En Proceso)
- Difusión (En Proceso)
Aunque el proyecto “Una Mirada desde el Corazón” aún está en proceso, no cabe duda que las acciones emprendidas hasta el momento por las estudiantes del Núcleo Universitario Rafael Rangel, vislumbran la efectividad de esta propuesta, y más aún del Centro de Atención Integral Bolivariano al Ciego y Deficiente Visual, puesto que no solo transmiten a este grupo de personas la motivación para la convivencia bajo sus limitaciones, sino el apoyo, orientación y las herramientas necesarias para su inserción en la sociedad. De allí, que cuenten con la preparación y capacidad para incorporarse a las fuerzas productivas, a través del desempeño de una diversidad de tareas, que van desde su interés en continuar con su preparación en cualquiera de los diferentes niveles del sistema educativo; hasta su habilidad para asumir responsabilidades laborales e incluso artísticas.
En tal sentido, en la medida que los ciegos y deficientes visuales, al igual que otros discapacitados, reciban mayor apoyo para su inserción en los sectores productivos, se contribuirá con el desarrollo de la región, pues forman parte de esa economía activa que genera respuesta eficiente a planes de desarrollo que se tengan.
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